Sí, lo que vosotros queráis. En Italia tienen a Berlusconi, un tipo extravagante enriquecido hasta límites insospechados gracias a la política, que se estira la cara, se blanquea los dientes y se implanta pelo en la más que incipiente calva.
Pero luego tienen esto, un fenómeno social de bardos de la palabra que llenan teatros para hablar de los abusos del poder, las mentiras sobre la medicina oficial, los chemtrails, y la gente se graba los vídeos, los pasa a los familiares y respeta a estas personas. Aquí no tenemos nada de esto, ni siquiera parecido. Siento envidia sana.