El aspartamo fue descubierto en 1965 por James M. Schlatter un químico que trabajaba para la empresa Searle. Sintetizó por azar el aspartamo mientras producía un fármaco antiúlceras y descubrió que su poder edulcorante era extraordinario, muchas veces superior al azúcar.
En una circular comercial confidencial que data de 1970, en la que se detalla su estrategia de introducción en el mercado, la empresa Searle admite claramente que el aspartamo no puede ser usado para todo.
En dicha circular comercial secreta dice el directivo de Searle:
«Creo que es vital subrayar a la gente de la FDA en esta reunión que el edulcorante NO ES APTO PARA TODAS LAS APLICACIONES DE EDULCORANTES ARTIFICIALES QUE, COMO MUCHO, SERIA FUNCIONAL EN PARTE PARA EL MERCADO QUE ACTUALMENTE TIENEN EL CICLAMATO Y LA SACARINA».