Sexo, droga y rock and roll

‎Puede que sea más fácil para mi, que para muchas personas de mi generación con mayor inclinación hacia la idolatría, escribir un post como éste, exponiendo a muchos ídolos y héroes de la industria de la música, verdaderos tótem sagrados, idolatrados por millones de personas, quienes caen en el error de pensar que sus «ídolos» están tocados por la mano divina o han sido provistos de un enorme talento natural, o bien  achacan su destino a la «suerte», «su carisma» o cosas por el estilo, como si viviéramos en un mundo donde las cosas suceden simplemente de ese modo.

En este amplio apartado de la actualidad sobre la idolatría de masas, podemos incluir al mundo de la música, del llamado «arte» moderno, de las letras «de superventas», del cine de masas… y todas esas expresiones de lo que se denomina habitualmente «cultura» actual.

Pero ¿Qué es cultura? Según una declaración de la UNESCO

… la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.

Tras esta definición se presupone la idea de que la cultura es algo que se genera espontáneamente en cada sociedad, como un conjunto de formas y expresiones de una sociedad determinada; sus costumbres, prácticas, normas, vestimenta, religión, rituales, sistemas de creencias, etc.

Pero ¿estamos seguros de que esa «cultura», en la que estamos inmersos, es propia de la generación «espontánea», producto del desarrollo «natural» de nuestra sociedad?; ¿O es el producto del diseño, por parte de quiénes poseen las herramientas, con la reacción colateral e inercia natural de las sociedades una vez definidas ciertas tendencias de éxito?.

Este tema fue analizado, aunque de soslayo, cuando posteé sobre la «moda de la homosexualidad» que proyectaba masivamente modelos homosexuales de éxito a la sociedad para influir en la generación de tendencias culturales y modelos de comportamiento humano y roles sexuales.

En este post analizo la forma y manera, poniendo nombres y apellidos y ejemplos muy concretos, en que la llamada «cultura», especialmente en el ámbito de la música, en la actualidad es diseñada, generada y modulada para producir fuentes de expresión «cultural», «musical» o «artística», que consumimos diariamente de forma masiva.

El factor «control mental» es absolutamente crucial en todo esto y por ello conviene repasar la forma en la que se producen y diseñan los «esclavos mentales», personas programadas por otros para acometer determinados objetivos prefijados por sus programadores.

Hollywood y la industria de la música son grandes centros de control mental, empleados por los illuminati.

En el libro de Fritz Springmeier y Cisco Wheeler, The Illuminati Formula Used to Create an Undetectable Total Mind Controlled Slave (La Formula illuminati empleada para crear esclavos bajo absoluto e indetectable control mental) mencionan que la industria de la música (y la country en USA, en particular) está plagada de artistas que trabajan como programadores mentales y que muchas estrellas son esclavos del control mental con personalidades múltiples. Mencionan entre los programadores empleados para los illuminati a Kris Kristofferson, Jerry Lee Lewis o Glen Campbell.

Orígenes de la Música Rock

El Rock, la música rock tiene sus raíces en la una forma de música antigua con orígenes en las religiones de misterio de la Antigüedad.

Desde que se lanzó al estrellato a los Beatles como proyecto internacional por medio de la televisión en 1963, el rock ha sido fundamental para atraer personas al satanismo. El Rock fue creado y está aun siendo coordinado por los seguidores de Crowley y la red de OTO, en cooperación con el WICCA. Además de ser una fuente enorme de ingresos para el satanismo, sirve de plataforma de lanzamiento para otras operaciones de la OTO-WICCA.

El control por parte de Crowley de la industria del rock ha sido muy bien documentado por investigadores independientes que han llegado a la conclusión de que las canciones rock encierran, en muchos casos, letras satánicas o mensajes subliminales que son pieza clave de las operaciones subversivas planificadas.

El ritmo del rock, en si mismo está copiado de los cultos a Dionisio y Baco y está ampliamente demostrado que horas de larga exposición a la constante repetición de estos ritmos, producen efectos narcotizantes en la mente de la victima.

Si quieres hacerte una idea de la «poesía» encerrada en el mundo satánico de Crowley, echa un ojo a sus poemas . Si lees algo de esto sin saber que Crowley es el satanista más conocido del siglo XX, puedes incluso pensar que es una bella persona lleno de amor por Dios y la naturaleza. Y es que, para captar la idea que intento trasmitir aquí, es necesario ir un poco más allá de la propia letra de una canción, que puede resultar bellamente engañosa. El ritmo musical, la música en sí misma, tiene la extraordinaria capacidad de trasformar la mente y el espíritu humano. La música nos habla también por medio de símbolos.

El maestro Koelreutter, al comentar la «Chacone» de Bach en la Radio Cultura FM de São Paulo, en agosto de 1993, declaró:

«La música transmite manifestaciones espirituales. La música es un lenguaje y, como lenguaje, es un medio de transmisión. Ella transmite algo: un mensaje, una información y así sucesivamente. Así que, yo diría que la música es un lenguaje que, entre otras cosas, tiene la capacidad de transmitir manifestaciones espirituales».

La impronta del satanista Crowley en el rock es completamente decisiva y ha dejado huella en ídolos de masas durante varias generaciones, tales como los Beatles, Led Zepellin (el guitarrista de la banda Jimmy Page, obsesionado con Crowley, compró el palacete de Crowley en Escocia tras la muerte del satanista), Marylin Manson, Madonna o Los Rolling Stones.

En la portada de este disco de los Beatles podemos ver arriba a la izquierda la imagen de Crowley.

Crowley fue además el ideador de lo que posteriormente vendría a llamarse cultura «hippie». La Abadia de Thelema, en Cefalú (Sicilia), ya en sus últimos años, fue su residencia-templo habitual, lugar de peregrinación para sus numerosos seguidores, donde recreó un estilo de vida cercano a la naturaleza, rodeado de rituales, sexo y drogas.
Y por si alguien tiene la tentación de ver algo de simpático en este tipo, añado una de sus citas:

«»Esa religión que llaman «cristiandad», tiene un Diablo al que llaman Dios. Acepto estas definiciones como cualquier poeta debe hacer, y es más que nada a ese Dios y esa religión lo que odio y destruiré» (Crowley, The World’s Tragedy, p. xxx).

Para tener una pincelada de este personaje, unos breves apuntes de su biografía: su misma madre (cristiana) se refería a éste como «la gran bestia de la Revelación cuyo número es 666», título que a él le encantaba, por supuesto, pues estaba convencido de que él era la reencarnación del mago Eliphas Levi, y que había vivido muchas vidas, incluida la del Papa Alejandro VI. Aseguraba poseer poderes maléficos que le habían permitido escribir «el Libro de la Ley». Su primera mujer murió en un asilo mental. Su segunda mujer se volvió loca, cinco amantes se suicidaron y la mayor parte de sus concubinas acabaron drogadictas, alcohólicas o en instituciones mentales.

Su influencia sobre el mundo del rock, su origen y desarrollo, está bien documentada.

En la contraportada del álbum de los Doors 13, Jim Morrison y otros miembros de la banda aparecen con un busto de Aleister Crowley

David Bowie se refiere a Crowley en su canción «Quicksand» del album The Man Who Sold the World.

El líder de Iron Maiden, Bruce Dickinson, dijo: «…hablamos de cosas como el tarot e ideas de gente como Aleister Crowley» (Circus, Aug. 31, 1984). Su canción «El número de la bestia» dice «666, el número de la bestia, el tuyo y el mío» .

Sting, de The Police, ha reconocido haber pasado muchas horas estudiando las letras y escritos de Crowley.

La canción de Marilyn Manson titulada «Misery Machine» contiene estas letras «vamos a conducir hasta la abadía de Thelema» la cual era el templo del satanista Aleister Crowley.

¿Qué efectos emocionales o espirituales produce el rock?

El manager empresario de los Rolling Stones dijo:

«La música pop es sexo para adolescentes, debemos llenarles de sexo» (Apud Walter Matt, op. cit., pag. 15)

Y Mick Jagger:

«La música rock es sexo y……Yo seduzco a mi audiencia exactamente como un artista de strip-tease.» (Apud Mons. R. Williamson – rev. Semper, no. 2, pag.23)

Y Alice Cooper:

«Mi audiencia desea que yo la trate como un maníaco sexual trata su victima. La relación que hay entre mi y mis oyentes es altamente sexual. Dominar así a una audiencia es una experiencia poderosa y satisfactoria.»

La canción «Bridge Over Trouble Water» cantada por Elvis Presley se refería al uso de drogas cuando citaba la «silver girl» (chica de plata), expresión que fue añadida a la jerga roquera para designar la aguja hipodérmica usada para inyectar cocaína en la vena.

Los Rolling Stones llaman a la cocaína «Brown Sugar» y hablan de la «Sister Morphine» y del «Cousin Cocaine» (hermana morfina y primo cocaína). A la jeringa que se usa para drogarse la llaman «Silver Lady» (la chica de plata).

El papel que ha jugado el rock en la sociedad durante los últimos 50 años es fundamental y no se le escapa a nadie:

Leonard Bernstein dijo:

«Debemos ver a la música Rock’n Roll como siendo, al mismo tiempo, un síntoma y un factor generador de esta revolución de los jóvenes de hoy». (Leonard Bernstein, Rock’n Roll, the Devil’s Diversion)

Por supuesto, puedes ponerte en la piel del «abogado de diablo» y decir que el hecho de que esta gente haya decidido dedicar su «talento» musical a lanzar ese mensaje revolucionario, puede ser fruto de una decisión interior debida al desacuerdo con la sociedad en la que viven; como una forma de rebelión contra lo establecido. Sin embargo, te quedarías asombrado de las relaciones familiares y profesionales que se pueden observar en muchos de los «héroes» idolatrados, observarás muchas pistas de su relación con el mundo militar y gubernamental.

El padre de Jim Morrisom era Almirante de la marina de Estados Unidos, al parecer un almirante que participó muy activamente en la intensificación de las actividades bélicas en Vietnam.

El padre de Frank Kappa era ingeniero químico y trabajaba para la industria de defensa de USA. El mismo Frank, al que se le asocia con la creación del movimiento hippie, siempre dijo que no tenía nada que ver con esta cultura, apoyaba activamente la guerra de Vietnam y estaba casado con Adelaida Sloatman de una familia con tradicción de ofciales de marina de Estados Unidos. No es el perfil que uno se espera encontrar, desde luego.

El padre de Jimi Hendrix trabajaba en una base military en Oklahoma

El manager de Elvis Presley, alguien con una influencia indudable en su carrera, era un coronel, que se hizo llamar Tom Parker, aunque su verdadero nombre era Andreas Cornelis (Dries) van Kuijk y trabajó más de 20 años para el ejército de los Estados Unidos.

Hay un artículo escrito por David McDowan donde completa la larga lista de famosos del rock con relaciones militares y gubernamentales.

No hace mucho tiempo otro esclavo mental de los illuminati aseguró que Elvis era un esclavo mental. Por lo que se sabe, el programador/controlador de Elvis era el mismo coronel Tom Parker. Elvis pertenecía a un grupo de 4 miembros illuminati. Se sabe públicamente que estudió yoga, numerología, drogas y recibió entrenamiento espiritual New Age en una academia de Pasadena, además de ser un miembro activo de la Sociedad Teosófica.

Jim Morrison es un ejemplo increíble de alguien que parecía estar poseído por el diablo. El mismo decía que el espíritu de un shaman le había poseído y que escuchaba voces de demonios en su interior, razón por la que se obligaba a ingerir grandes cantidades de alcohol y drogas, tratando de acallar esa voz. Morrison murió, de sobredosis a la edad de 27 años, después de haber abandonado la banda y haberse trasladado a vivir a Francia.
Jim dijo en una entrevista que después de haber abandonado los Doors, el espíritu que le poseía le había abandonado y Jim se encontraba perdido y sin identidad. No sabia quien era y su «carisma» se había esfumado por completo.

Antes Jim había dicho:

«Yo me siento espiritualizado en escena. Somos políticos del erotismo. Me interesa todo lo que se relaciona con la revuelta, el desorden, el caos y, sobretodo, la actividad que no posee ningún sentido.»
Otros miembros de la banda han declarado que Morrison no era un showman, ni un músico habitual, sino que era un shaman, que estaba poseído por los demonios y que lo que ocurría en escena era algo que se escapaba al control de todos ellos.
Hay un video de Jim Morrison y los Doors, un extracto de una película llamada «Ellos vendieron sus almas por el rock and roll» donde puedes observar esta relación de posesión.

Es interesante eso que dice al final. «me interesa sobretodo aquello que no posee ningún sentido».  Es justamente la reflexión o la conclusión a la que llego observando las manifestaciones del arte moderno: ya no estamos hablando de las obras de tipos como Andy Warhol , sino productos que van más allá del sinsentido y la degeneración artística, como son por ejemplo las realizaciones del «arte» moderno que llega incluso al escalofriante extremo de emplear cuerpos humanos muertos reales  como material básico de producción.

Andy Warhol o Andrew Warhola

¿arte o corrupción del propio concepto de arte?

¿Qué valores fomenta el rock? desorden, caos social, corrupción social, parricidio, incesto, ruptura de toda moralidad social, e incluso el satanismo más explicito.

Por ejemplo, en la canción «The End», de los Doors con Jim Morrison, se incita al parricidio e incesto:

«(…) Monta la serpiente, monta la serpiente (…)
El asesino se despertó antes del amanecer
Se puso sus botas
Cogió una cara de la antigua galería
Y anduvo por el pasillo
Fue a la habitación donde vivía su hermana
Y entonces pagó una visita a su hermano
Y entonces el, el caminó por el pasillo
Y llegó a una puerta, y miró dentro
«¿Padre?»-«¿Si hijo?»- «Quiero matarte,
Madre, quiero……»(aludiendo al incesto.)

Lennon, que como sabemos fue asesinado con toda probabilidad por mandato de la CIA, en los últimos años de su vida se manifestó de forma muy distinta a como lo había hecho durante otras etapas musicales. ¿Rompió algún pacto pre-establecido y recibió su castigo? Algunas de sus letras no dejan lugar a duda de que Lennon se refería a todo esto que estamos mencionando aquí:

En «Bring on the Lucie» Lennon canta:

«No nos importa la bandera que agarras
Ni queremos saber tu nombre.
No nos importa de donde vienes
O para donde vas.
Todo que sabemos es que viniste
Y que decides todo por nosotros
Tenemos un solo pedido que hacerte:
Mientras piensas en las cosas ahí,
Hay una cosa aquí que deberías hacer:
¡Libera al pueblo ahora!
¡Hazlo, hazlo, hazlo, hazlo, hazlo ahora!
666 es tu nombre»

«Al dirigir cuidadosamente la secuencia de los ritmos, dice John Phillips, del grupo «Mamas and Papas», se puede inducir la histeria en la audiencia. Sabemos como hacerlo. Cualquiera sabe hacerlo.

Aunque muchas de las cosas relacionadas con la mente y el cerebro, son aun desconocidas para la ciencia oficial, no así para los que los estudian sin rebelar los resultados de tales investigaciones, sí sabemos que el sistema nervioso autónomo del cuerpo humano está regado por el líquido cerebro-espinal, cuya pulsación está dirigida por la glándula pituitaria, que es la que gobierna todos los procesos vitales del cuerpo.
Cuando esta glándula funciona de forma errática, a causa de las vibraciones del «beat» del rock, se produce un efecto inmediato en todo el sistema nervioso, un efecto alterador, un efecto de trance y de excitación de la secreción de hormonas sexuales.
Además, el «beat», estimula la secreción de la hormona epinefrina, que disminuye el calcio de la sangre, mineral fundamental para dirigir el sistema nervioso y el azúcar, único alimento del cerebro. Tras un concierto de rock, los nervios se agotan y el cerebro da señales claras de agotamiento. Se ha observado muchas veces la relación entre la música que se escucha en el coche y el aumento inconsciente y paulatino de la velocidad al volante.

Los mensajes ocultos en canciones de artistas como Madonna y los hermanos Jackson son algo bastante obvio de lo que hemos posteado y la lista de ejemplos puede ser demasiado larga.

Todo esto puede resultar duro para más de uno, (estamos hablando de «vacas sagradas») sugiere que buena parte de los ídolos musicales (entre otros ídolos culturales) son fruto del control mental con el objetivo claro de producir un determinado efecto en la audiencia, por medio de la propagación de ritmos, ideas, letras y mensajes (subliminales y explícitos).

Es lógico pensar que, a cambio de todo esto, los artistas obtienen lo que desean: fama, riqueza y fortuna. La ruptura del pacto establecido se paga a menudo con la muerte, el olvido absoluto o la caída en desgracia del ídolo. La tesis puede parecer descabellada sólo a priori.

Otros músicos y cantantes, como Bob Dylan, siguen siendo escuchados e idolatrados como símbolo de una generación entera, sino varias.

Según Cisco Wheeler y Fritz Springmeier Dylan, uno de los compositores y poetas más admirados, está estrechamente relacionado con Kris Kristofferson, que es un programador mental, como hemos dicho.

Dylan, que no ha dado muchas entrevistas a lo largo de su carrera musical, dejó que Ed Bradley le hiciera una, no hace mucho, para el programa «60 minutos».

He encontrado el video con subtítulos en italiano, y puede entenderse bastante bien. Aquí Dylan sugiere con toda claridad que hizo un pacto con el diablo.

Al comienzo de la entrevista (min 1:59 más o menos), Ed Bradley le pregunta cómo pudo escribir canciones tan increíbles en los 60. Dylan le responde que realmente no lo sabe, que fueron escritas de forma «mágica» y que ya no es capaz de escribir nada parecido. También le dice a Bradley que desde muy joven él tenía cierto «destino» que tuvo que mantener en secreto. Al final de la entrevista, sobre el minuto 14, Bradley le pregunta:

– ¿Por qué sigues ahí, por qué lo haces aun?

Dylan le responde:
– «Bueno, esto está relacionado con lo del destino… Hice un pacto con el … (aquí Dylan se para y no termina la frase y luego continua) …ya sabes, hace mucho tiempo… estoy esperando a que termine.

Bradley:¿Cual fue tu pacto?

Dylan: Llegar adonde estoy ahora

Bradley (sonriendo):

– ¿Puedo preguntarte con quién hiciste el pacto?

Dylan (sonriendo nerviosamente) – Con…con…con…sí, con el Comandante en jefe…

Bradley: ¿De esta tierra?

Dylan: – Uhm…de esta tierra y del mundo que no podemos ver. (Dylan sonriendo y riendo nervioso vuelve a una expresión melancólica que ha mantenido durante toda la entrevista hasta que Bradley le preguntó por el diablo)

Esto puede haber sorprendido a muchos, pero recordemos que Dylan, el cual supuestamente se convirtió al cristianismo en los años 70, durante muchos años fue practicante de religiones de misterio judías.

Y aunque oficialmente, Dylan sea cristiano, podemos ver en su tienda oficial una clara muestra de que en realidad practica lo oculto. Su logo actual es nada más, y nada menos, que el Ojo que Todo lo Ve de Horus, un símbolo illuminati por excelencia.

Es claro también que no todos los artistas y músicos son objeto de control mental, muchos de ellos, no tienen ni la menor idea de cuales son las fuerzas ocultas para las que trabajan, ni de qué es lo que realmente está detrás del negocio en el que están envueltos. Saben sin embargo que determinadas tendencias, ritmos e ideas son aprobadas por este mismo mundo, llevadas a los altares del éxito profesional, escuchadas hasta la extenuación en la radio y las salas de fiesta, cuando otras iniciativas no reciben los aplausos de la industria, ni son apoyadas lo más mínimo. ¿Quién define estas tendencias, ritmos, ideas? Es evidente que no son los propios artistas quienes lo hacen.
No es necesario tener a todo el mundo bajo control mental. Es necesario simplemente que los «grandes» de la industria, quienes están permanentemente sonando y vendiendo millones de discos, lo estén. Esa inercia será después la encargada de que otros tantos seguidores ávidos de éxito, orbiten el negocio con iniciativas musicales similares. Y así se pone en marcha la bola de nieve.

Andy Warhol estaba conectado con la OTO y su influencia ha sido clave para la destrucción del arte en ese engendro llamado «arte pop» , pero la lista es larga y el tema mucho más denso de lo que puede parecer.
Tan denso como la confusión espiritual, perceptual y conceptual en la que estamos envueltos.

Tal vez, puedes empezar a aclararla revisando lo que escuchas, lo que ves y lo que lees. Y sobretodo, lo que piensas del mundo en el que vives.